lunes, 28 de noviembre de 2011

Bloguera desnuda desata pasiones en Egipto

"Provocadora", "valiente", "prostituta", "loca": son algunos de los calificativos que ha recibido Aliaa Magda el-Mahdy, una joven que posó desnuda en su blog en defensa de los derechos de la mujer. Vea las fotos

Que hace falta coraje para subir a la red este tipo de fotografías desde un país todavía muy conservador en materia de costumbres y especialmente respecto al atuendo de las mujeres es algo indiscutible.

Aliaa Magda el-Mahdy es una joven de 20 años que no esconde su nombre ni su rostro en el blog que creó en octubre, Diario de una rebelde, y en el cual se la puede ver posando totalmente desnuda.

Su intención es lanzar "un grito contra una sociedad de violencia, racismo, sexismo, acoso sexual e hipocresía", como escribió en su Facebook. "Se sigue considerando a la mujer como un objeto sexual en nuestra sociedad", denuncia Aliaa.

Un ejemplo de esto fueron los test de virginidad forzosos realizados a mujeres arrestadas en la plaza Tahrir durante las protestas contra el régimen. Y según Global Voices un 83% de las egipcias dice haber sido víctima de acoso sexual.

Su sitio ya tuvo más de 1,6 millones de visitas y pocos comentarios favorables. La mayoría la insulta, grita "¡vergüenza!" y pide la intervención de las autoridades.

Mostrandome por webcam para sentirme deseada

Soy casada y este año empecé a chatear. He conocido hombres en el chat y me han tentado a mostrarme desnuda, lo he hecho y me gustó sentirme deseada.
Me di cuenta q tengo un lindo cuerpo y me vuelvo muy sensual bailando y desvistiéndome de a poco mientras muevo mi cadera al son de Fallin de Alicia Keys.
Un joven de 26 años me ayudó a abrir un msn para hacerlo por cam y fue muy educado pues me explicaba cómo funcionaba todo. Después me dijo al mirarme que era hermosa para él. Me encantó ver el rostro excitado de un calvo español cuando vio mi lindo trasero y me agaché para complacerlo.
Me gusta y asusta, tengo miedo que me hayan grabado, por eso no lo he hecho más.
Llevo una hembra dentro, sin embargo NO me atrevo a llegar más lejos, no podría hacerlo en directo.
Tengo un amigo de chat que quiere verme en persona y ha insistido mucho. Aunque ya nos conocimos en persona y almorzamos, quedó encantado conmigo pues soy atractiva, talla 38 a mis 41 años. Quiere acercarse a mi cuello y rosar mis labios según me dice. Claro sería sólo el inicio.
No iré…. no puedo llegar tan lejos, aunque deseo balar en persona y ver que sucede.

Carta de amor a un amigo

Esta va para un muchacho especial, esto es para un amigo del que me enamoré sin pensarlo y sin querer, pero hoy ya nada puedo hacer. Todo empezó hace dos años, él era un amigo pero muy especial yo creía que que él quería algo más conmigo, pero aquel sueño de amor no tenia pinta de hacerse realidad porqué tenía pareja y una linda hija. Relación que tiempo después terminó y a él no le sentó muy bien, las quería mucho. Para refugiar su pena no recurrió a mí si no a las drogas, al tabaco y las prostitutas. Y a su amiga que enamoró la cambió, acabaste con mis sentimientos y que todas tús palabras dulces, se quedaron clavadas en mi corazón.

¿Existe el amor a primera vista? Consejos para charlas online

Esta pregunta siempre desata el debate. Por un lado están los fervientes defensores de la química instantánea, y por el otro, los que descalifican con énfasis la posibilidad de que un hombre y una mujer se enamoren con tan sólo mirarse. Es probable que tanto unos como los otros tengan razón, pues existen casos que confirman la primera teoría y otros que la refutan. Pero lo cierto es que quienes ponen todas sus expectativas en enamorarse en el primer contacto, generalmente llevan las de perder, pues ponen tantas expectativas en la primera cita que si no logran su objetivo se sienten irremediablemente frustrados.

Internet es un lugar maravilloso para conocer amistades y para encuentros románticos. Pero no significa que puedas descuidarte. Si decides mantener contacto online o conocer usuarios fuera de la red, por favor usa el sentido común y sé responsable de tu conducta. En ambos mundos, el virtual y el real, el sentido común es la mejor herramienta para tu seguridad.

Empieza despacio: Debes estar alerta de aquellas personas que parezcan demasiado "perfectas". Empieza comunicándote sólo por correo electrónico y observa conductas raras o contradictorias. La persona al otro lado puede que no sea quien dice ser.

Confía en tu sentido común: Si hay algo que te hace estar incómodo/a, por tu propia seguridad y protección, no sigas comunicándote con esa persona.

Protege tu anonimato: Nunca incluyas tus apellidos, dirección de correo electrónico, dirección personal, lugar de trabajo o cualquier otra información que te identifique desde tu perfil o en mensajes iniciales. Cuando te comuniques con otros usuarios, no reveles información hasta que no tengas dudas sobre la otra persona. Deja de comunicarte con aquellas personas que insistan en pedirte información personal o que intenten conseguir esta información con cualquier tipo de engaño.

Sé cauto y ten sentido común: Decisiones pensadas y cautelosas generalmente dan mejores resultados en las relaciones personales. Evita confiar en lo que no es de fiar; las personas deben ganarse tu confianza gradualmente por medio de un comportamiento que sea sincero y honesto. Tómate todo el tiempo que te haga falta para comprobar si una persona es de confianza y pon toda tu atención en el proceso. Si sospechas que una persona te está mintiendo, probablemente lo está haciendo, por lo que actúa en consecuencia. Sé responsable en temas sentimentales, y no te enamores al tecleo de un ratón. No intimes prematuramente con nadie, incluso si esa intimidad sólo ocurre online. Si de mutuo acuerdo decides con otra persona cruzar un punto sin retorno, sé inteligente y protégete.

Pide una foto: Una foto te dará una buena idea de la apariencia de la persona, lo que puede ser útil para tener una primera impresión. De hecho, es aconsejable ver varias fotos de una persona en situaciones diferentes: informal, formal, en casa y fuera de casa. Si persistentemente te dan excusas para no enviarte una foto, es posible que esta persona esté escondiendo algo. Match.com ofrece a los usuarios un servicio de escaneado de fotos gratuito, por lo que no hay motivo para que una persona no te pueda enviar una foto.

Habla por teléfono: Una conversación por teléfono puede revelar mucho sobre la habilidad de una persona para comunicarse y socializar. Considera tu seguridad y no reveles tu número de teléfono personal a extraños. Procura que tu teléfono no aparezca en la identificación de la llamada si todavía no estás seguro/a sobre la otra persona. Da tu número de teléfono solamente cuando estés completamente cómodo/a.

Cítate cuando TÚ estés listo/a: Lo bueno de conocerse y relacionarse online es que puedes obtener información gradualmente, y decidir más tarde si quieres comenzar una relación en persona. No estás obligado a citarte con nadie, independientemente del nivel de intimidad online que tengas. Incluso si decides concertar una cita, tienes siempre el derecho de cambiar de opinión. Es posible que tu decisión de mantener una relación en el anonimato esté basada en una corazonada que no puedes explicar lógicamente. Confía en ti mismo/a. Sigue tu propia intuición.

Queda en un lugar seguro: Cuando decidas ir a una cita, siempre comunica a un amigo/a dónde vas y cuando vas a volver. Deja a un amigo/a el nombre y número de teléfono de la persona con la que te vas a encontrar. Nunca dejes que te recojan en tu casa. Ve por tus propios medios, queda en un lugar público a una hora en que haya mucha gente, y cuando acabe la cita, regresa solo/a. Un restaurante o cafetería conocida, a una hora cuando haya mucha gente presente, es normalmente una buena elección. Si decidís ir a otro lugar, ve en tu coche. Cuando sea el momento adecuado, da las gracias a tu cita y despídete. Toma precauciones extras cuando estés fuera de tu terreno. Si vas en avión a otra ciudad, organiza tu propio coche y habitación de hotel. No reveles el nombre de tu hotel y nunca dejes que tu cita organice las reservas. Alquila un coche en el aeropuerto y condúcelo directamente al hotel. Llama a tu cita desde el hotel o queda en el lugar que ya hayas decidido. Si el lugar es inapropiado o inseguro, vuelve a tu hotel. Intenta contactar a tu cita en ese lugar o deja un mensaje en el contestador. Asegúrate de que siempre un amigo/a o familiar conozca tus planes y que tenga direcciones y contactos. Y si es posible, lleva un teléfono móvil todo el tiempo.

Alerta ante signos negativos

Estate alerta de arrebatos inesperados, frustración intensa o intentos de presionarte o controlarte. Formas de actuar agresivas, comentarios despectivos o falta de respeto o cualquier comportamiento físico inapropiado son todos signos negativos. Debes preocuparte si tu cita muestra alguno de los siguientes comportamientos sin dar una explicación aceptable:
Da información contradictoria sobre su edad, aficiones, apariencia, estado civil, profesión, empleo, etc.
Rechaza hablar contigo por teléfono después de haber establecido comunicación regular online.
No da respuestas directas a preguntas directas.
Parece muy diferente en persona comparado a como es online.
Nunca te presenta a sus amigos/as, compañeros de profesión o familiares

JUGANDO CON MI PRIMA

Magdalena, de la misma edad que mí hermana Leticia, 18 años. Vivía con mis tíos y su hermana Rosalía cerca de nuestra casa. Magdalena era inseparable de mi hermana Leticia.
Un día, en mi casa, yo jugaba a las luchitas con mi hermana en la cama de mi habitación como lo hacíamos ocasionalmente desde niños, pero esta vez había algo diferente pues estaba presente mi prima. No recuerdo como empezó el juego, pero se trataba de dominar físicamente al adversario. Recuerdo que después que vencí a mi hermanita, que ya no podía moverse, Magda dijo: -Yo sigo.- Me puse colorado y pensé que quizá no era buena idea, las niñas no deben jugar así con los niños, claro que las hermanas no cuentan para mí. Pero no tuve opción, ella ya estaba sobre mi cuerpo tratando de sujetarme. Las dos jovencitas unieron sus fuerzas para derrotarme. Cada una trataba de sujetarme un brazo, ponían sus rodillas sobre mis piernas y trataban de inmovilizarme como sus instintos se lo decían, yo respondía a sus ataques de la manera más cuidadosa posible, ya que no quería lastimarlas, giraba mi cuerpo, zafaba un brazo, les detenía sus dos manos a cada una por las muñecas. El juego fue largo, sudábamos, gritábamos, gruñíamos, decíamos palabras groseras. Yo no podía salir derrotado, ellas tampoco querían aceptar que un muchachito las pudiese derrotar a las dos. Mi apuración mayor era que pudiesen notar la erección que yo tenía con el bulto que se iba formando en mi pantalón.

Yo les hacía cosquillas, eso las enojaba mucho pero con esa excusa podía tocar partes de su cuerpo que de otra manera no hubiese podido, sobre todo sus tetas. Se les subía el vestido mientras jugaban, yo disfrutaba el ver sus piernas, sus nalgas. Todo era muy divertido.

En un momento del juego, me quite a mi prima de encima de mi sujetándola entre sus piernas, mi mano agarro su pubis, la voltee y la deje de espaldas en la cama. Sentí como una descarga de deseo, de todo lo que no se puede explicar. No retire mi mano inmediatamente, sentía latigazos de placer, dolorosos, estaba tocando el centro del mundo, mi mundo, mi universo. Voltee a ver a mi prima, a la mujer. Ella estaba radiante con una sonrisa en la boca, jadeando satisfecha. Retire mi mano por la pena de sentir lo que sentía, deseo. El placer de sentir sus labios vaginales bajo su calzón, de sentir la puerta de sus secretos, de sus tesoros, de mis deseos, era insoportablemente fuerte.


Tratando de disimular mi excitación, me coloque en posición fetal para que pudiesen atacarme fácilmente y yo esconder mi erección. Esporádicamente las atacaba con piquetitos a sus costillas o candados suaves para inmovilizarlas.


En el juego también me rozaba con las exuberantes chiches de mi hermana Leticia, se sentía agradable apachurrárselas aunque fuese con mis brazos o pecho, pensaba que los novios que tuviera la pasarían muy bien con sus atributos de mujer. Con mi hermana podía ser un poco más brusco, además, ¿Cómo podía seguir agarrando a Magda y no tocar a Leticia? Tenía que ser más o menos parejo en el juego.


Ellas respondían con mordidas, Magdalena me estaba mordiendo un brazo y picando las costillas.

-Si me siguen mordiendo, yo también las voy a morder, y en las tetas para que les duela.- Les advertí. Ellas se rieron de mi amenaza y siguieron mordiéndome donde podían.

-Te vamos a dar tu merecido.- Me decían.- Flacucho débil.


Yo no quería que el juego terminase, me estaba divirtiendo mucho, sobre todo porque estaba bien excitado. Sujetaba a Magdalena entre mis piernas, apretando sus tetas, sus costillas, su cabeza a la altura de mi pecho. Ella arriba de mí, con sus manos trataba de sujetarme mi brazo. Leticia me retorcía las orejas, yo le hacía cosquillas en su estomago. Pero la sensación en mi bien erecto pene en el estomago de Magda restregándose contra él, me tenía rojo por el deseo. Ella se reía de mi situación, movía su estomago para sentir mi miembro, se sonreía picarescamente como diciendo: mira como te tengo caliente y no puedes hacer nada para remediarlo.


En un momento en que Magdalena estaba debajo de mi cuerpo, yo sujetando sus manos con mis manos, los brazos extendidos, con mi pecho sintiendo sus bien desarrolladas tetas, mi pene bien caliente y bien erecto sobre su pubis, sudando en abundancia, mi cara cerca de la suya preguntándole si se rendía, estuve a punto de besarla en la boca. Pero la presencia de mi hermana mordiéndome un brazo y golpeándome en la espalda me detuvo.


-¿Por qué tienes el pito parado?- Me pregunto mi hermana entre risas.- ¿Te gusta sobarte con nosotras?-


Yo guarde silencio todo apenado, ellas se reían de mi vergüenza.


-Basta de juegos- les dije- Yo gané.


-Claro que no, nosotras vamos ganando.- Me decían.


-Bueno, ya se acabó el juego, vayan a jugar a las muñecas.-Les respondí.


-Vamos a seguir jugando, y ya no te decimos nada de tu cosa- Dijo Magda.-


-No, ya no quiero seguir jugando, me da pena.- Respondí.


Riéndose y burlándose de mí, salieron de mi habitación, yo entre al baño para asearme y masturbarme, el dolor que sentía en mi pene era riquísimo. Al masturbarme no dejaba de pensar en lo que sentía, nunca antes había tocado así a una mujer, bueno salvo mi hermana, pero con ella no había sentido esta deliciosa sensación y excitación, fue delicioso. Esperaba que no le contaran a nadie de nuestras luchitas, no fuese que lo fueran a mal interpretar o peor aún, a interpretar como fue, y mis padres me pusieran como campeón de boxeo por jugar así con las niñas.



Pasaron tres o cuatro días y nada sucedió, me imagine que todo había acabado ahí y que nunca más volvería a jugar así con mi prima. Pero esa tarde de viernes mis papas salieron llevándose a mi hermana a una reunión de amigos, yo me quede estudiando porque estaba en exámenes. Escuche que mi prima Magdalena no iba a ir ya que también tenía que estudiar. Ella es estudiante responsable, lo sé porque algunas veces yo la ayudaba en sus tareas


Minutos después que partiera mi familia quedando yo solo en la casa, Magdalena llegó con unos cuadernos y libros para que le explicara unos problemas de matemáticas.

-Se que estas estudiando para tu examen, pero necesito tu ayuda en matemáticas.-


Ella bien sabe que con mucho gusto la ayudo, que dejo todo por ellas.


Se sentó junto a mí en la mesa del desayunador y me enseño sus problemas. Yo me sentía feliz de poder hacer algo por ella, su presencia me llenaba, me llenaba de gozo, tan bella, tan fresca, tan suave. Sus pechos tocaban mi brazo, en ocasiones su mano la ponía sobre mi muslo desnudo, ya que yo solo usaba un short deportivo, acariciándolo suavemente lo que me llevó a una erección.


Magdalena divertida, sonreía picarescamente de ver mi situación, ya su mano había tocado "por accidente" varias veces mi bulto al intentar acariciar mi muslo.


Cuando terminamos de estudiar, pensé que ya se iría a su casa para tristeza mía, me dio las gracias y para mi sorpresa, me dijo.


-Me gustó mucho jugar a las luchitas contigo, ¿Quieres jugar conmigo otra vez?


-Bueno, pero te advierto que vas a perder otra vez.. Por eso me dicen ¡Miguel el imbatible¡.


-Ya veremos, Miguel el imbatible- me contestó.-A mi me dicen ¡Magdalena la arrasadora¡


- No voy a tener piedad de ti.- le dije al tiempo que la sujetaba y llevaba al sofá de la sala.


-Mejor en tu cuarto, en la cama- me respondió.


Mi mente trabajaba a mil por hora, anticipando lo que vendría, nervioso pero a final de cuentas feliz. Ella con intenciones de jugar inocentemente, yo de satisfacer deseos carnales y pecaminosos.


A empujones y jalones, jugando, abrazándola y manoseándola lleno de deseo llegamos al cuarto, ella se aventó en la cama y con una mirada feroz en la cara, con las piernas abiertas, rodillas levantadas me dijo: Ven que ahora si no te salvas.


Yo estaba bien prendido, viéndola con su uniforme de colegio, sus calcetas, su falda plisada a cuadros que en su posición me dejaba ver sus calzoncito blanco, sus piernas blancas y bien torneadas, su blusa blanca en la que resaltaban sus jóvenes pechos, su mirada de reto que parecía la de una diosa en celo, un ángel caliente.


-Quítate tus zapatos.- le ordene al tiempo que me quitaba los míos.- Vas a ver como te gano fácilmente.-


-Quítate tú también la camiseta- Me dijo mientras se quitaba su blusa-


Tuve que hacer un esfuerzo para cerrar la boca. Que linda se veía con su sujetador, con sus pechos tratando de salir de su prisión. Yo me deshice de mi camiseta que arroje a un rincón quedando vestido solamente con mis calzoncillos deportivos cortos.


Me lancé sobre ella y sujeté sus brazos, su cuerpo se enredo en el mío y comenzamos la lucha más extraordinaria que se haya visto. Entre jadeos, gruñidos y risas nos restregamos por varios minutos, mis manos cada vez más atrevidas tocaron casi todo su cuerpo, embarraba mi pene en sus nalgas, a su estómago, a su espalda, a sus piernas, pero mi pene estaba feliz y quería más. En un momento en que la logré sujetar boca arriba, montado sobre ella, yo sujetando sus manos, sus brazos extendidos, nos miramos a los ojos con todo el deseo que se tiene a esa edad y nos movimos rítmicamente como si estuviésemos haciendo el amor. Mi mano soltó su muñeca y acarició sus labios. Mi boca se acercó a la suya y le di un beso, ella me correspondió abriendo su boca, nuestras lenguas se tocaron finalmente, primero frenéticamente, después más despacio, abrazados nuestra respiración se hizo más agitada, el ritmo de nuestro roce púbico se estabilizó. Separe mi cara de la de ella para verla, nos sonreímos, nos volvimos a besar sin dejar de frotarnos, acaricié sus pechos con mis manos, mi lengua limpiaba el sudor de sus mejillas, de su frente, de su cuello.


Ella con las piernas separadas, las rodillas dobladas, sostenía mi cuerpo con su pubis. Sentí su mano que paso por debajo de mi calzoncillo, toco mi pene suavemente, lo tomo y lo apretó suavemente, bajó su mano a mis testículos acariciándolos, tomo uno de ellos y acomodándoselo en su linda mano. Lo apretó con fuerza.


-Ahora, ¿Qué vas a hacer?- Ya te tengo bien agarrado por los huevos Miguel el imbatible.- Tu me querías morder mis chiches no?.


-Magdita, hermosa, no seas mala, así no se vale.- Supliqué.


-¿Te parezco hermosa?- me pregunto al tiempo que me apretaba más fuerte mi testículo.


-La más mujer más hermosa del mundo- Contesté con un gemido de dolor.


-¿Vas a hacer todo lo que te diga?- Decía apretando un poco más fuerte con su mano.


-Si, todo lo que digas.-


-¿Lo prometes?.-


-Si, Si, lo prometo.- Contesté con voz de dolor.


-Ven, ponte boca arriba.- Lo dijo al tiempo que me soltaba mi testículo y me acostaba boca arriba.


Ella se puso sobre mi, sentada a horcajadas, la falda se le había levantado, su pubis frotaba mi pene que no había disminuido su erección a pesar del dolor.


Empezó Magda un movimiento de su pubis hacia delante y hacia atrás, frotando mi pene que marcaba una gran tienda en mis pants. Se quitó su sujetador y tuve ante mí la vista más maravillosa de sus tetas, erguidas mirando hacia arriba, retadoras, su forma de montañas picudas, dos Everest en vivo y directo, una vista maravillosa que parecía ser la mejor postal de mi vida.


-¿Se fue el dolor?- Me preguntó.- ¿Te gustan mis pechos?-


-Sí, pero por favor no me vuelvas a apretar mis huevos, y sí me gustan tus pechos mucho, son bellísimos - Contesté con la boca escurriendo saliva.-


-Tócamelos.- me ordenó.- Vas a hacer todo lo que yo diga.-


Yo obediente los toqué, los apreté, pellizque sus pezones rosados y suaves. Que maravillosa sensación que junto con el roce de su pubis con el mío me tenía excitadísimo.


Ella seguía frotándose sobre mi pene, sus manos echaron su cabello hacia atrás, yo apreté más fuerte sus hermosas tetas y me empujaba hacia arriba para aumentar el roce de mi pene con su cuerpo. Ella movía sus pechos de lado a lado y yo le correspondía apretándolos con más fuerza, recorriéndolos en toda su extensión.

-Ahora bésamelos y muérdemelos como me amenazaste.-ella me exigió.


Yo me erguí y la obedecí, mis labios tocaron su fina piel, abrí mis labios y me engulle todo lo que pude de su pecho, mi lengua frenética y desesperada quería más y más, cambie de teta, mi mano se poso en la otra. Acomode mi pene para que sintiera más las caricias de su pubis pero el instinto hizo que mi mano frotase sus bragas en las que sentí la forma de sus labios vaginales. La hermosa, admirada y deseada –"Y"-.


Fue como un disparador, Susana trato de bajarme mis calzoncillos y quitarse sus bragas al mismo tiempo. Yo claro, ayudé poniéndola de espaldas en la cama y bajando sus bragas hasta quitárselas, me quite los calzoncillos y me arroje sobre ella, ella con sus piernas abiertas me dejo colocarme entre ellas, que delicia frotarme contra ella, sentía su bellos púbicos como plumas que me acariciaban, mi boca en su pecho escurría saliva, mis manos recorrían su cuerpo desesperadamente sin saber donde detenerse, ella me acariciaba la espalda, mi nuca y movía deliciosamente su cuerpo, estuvimos así varios minutos hasta que bajo su mano y metiéndola entre nuestros cuerpos agarro mi pene con fuerza y suavidad. El pájaro hay que tomarlo así; ni tan fuerte que lo ahogue, ni tan suave que se escape.


-Déjame verlo, - Me pidió.


Me separe obedientemente para poder yo también admirarla a ella, me coloque a su lado sin soltarla.


-"Que bonito"- Me dijo mientras lo estrujaba con suavidad.- "No sabía que me fuese a gustar tanto tocarte tu verga, esta muy bonita".


-"Bonita tú "- Le conteste. - "Eres lo más bello del mundo".-


Con una de mis manos sobre su pecho y la otra aprendiendo a acariciar sus labios vaginales, mi mirada se perdía en su cuerpo sin saber donde detenerse, sus rubios bellos púbicos brillaban con la luz en un dorado que solo tiene el amanecer, sus nalgas redondas como melones, musculosas y suaves, su ombligo en su vientre duro, sus pechos duros y amorosos, su cara angelical, sus labios húmedos que me incitaban a besarla, sus piernas bien torneaditas y su talle en armonía. Todo me llamaba, como en un sueño me encontraba yo, viéndola desnuda. Que ansia no tener más manos, no tener más bocas, no tener más ojos.


Tomo mi mano y la acomodo un poco más arriba, en su clítoris, con su mano me enseño el movimiento y ritmo que quería.


-Así, en la parte superior del clítoris.- Me enseño.- Que rico me haces Miguel. ¿Te hago yo rico?-


-Riquísimo Magda.-


Estuvimos así por un tiempo, ella acariciándome mi pene, yo acariciando su clítoris y sus labios vaginales, besándonos. Yo tocaba, estrujaba, besaba sus hermosísimos pechos. Mi mano no pudo resistir y bajándola un poquito introduje un dedo en su vaginita, que hermosa sensación yo sentía al hacerlo, la entrada al lugar mas deseado.


Ella respondía con suspiros y pequeños jadeos. Yo movía mis dedos cada vez más rápido, regresaba al clítoris, volvía a su vagina. Besaba sus pezones rosaditos y duros. Ella me apretaba con más fuerza mi verga y aceleraba sus movimientos cada vez más.


Su orgasmo llegó anunciándose con su respiración, con sus jadeos, ella se estremeció y se ilumino como un ángel. Mi dicha de verla y el saber que yo había provocado esa iluminación no se puede describir, me sentía en el cielo. Yo no podía retenerme más, el placer me ganaba. Me zafé de sus manos y me coloqué sobre ella dispuesto a tener todo lo que había deseado tanto tiempo, introducirme en ella, quería que los dos fuésemos uno.


Magdalena aún sin recuperarse completamente me detuvo, puso sus manos sobre mi pecho deteniéndome con suavidad, y con cara de tristeza pero con dulzura me dijo: No podemos hacerlo hoy Miguel, yo me quiero entregar a ti, quiero darte mi virginidad, quiero que seas el primero, lo deseo mucho. Pero hoy no puedo, podría quedar embarazada. Ven, vamos a seguir acariciándonos, vamos a terminar así hoy.

Me volví a recostar junto a ella y reanudamos nuestras caricias. Yo feliz por lo que ella me había dicho, que yo iba a ser el primero, que ella iba a ser mía.


Continuamos acariciándonos por largo tiempo, pero no lo suficiente para la pasión y el placer.


Otro orgasmo le llegó suavemente, su respiración, su rubor, sus movimientos, sus jadeos, todo cambió, se transformaron en un cuadro de vida. Yo no lo sabía entonces pero ella me tenía más regalos por su sensibilidad y erotismo, regalos que disfrutaría cada día más. Lo sentí en mi mano, en mi mente, en mi pene que apretaba con más fuerza, en todo mi cuerpo.


Cuando se recuperó de su orgasmo, me dijo: Quiero que tú también sientas lo que yo sentí, deja llegar tu orgasmo, no te contengas. Yo también quiero ver como te vienes.


- toma mi pene con tu boca.- Le pedí suplicante.- Déjame sentir algo que nunca he sentido.


Nos acomodamos de tal forma que pudiese hacerlo y al mismo tiempo yo pudiese seguir acariciando su vagina y sus tetas.


Yo estaba en el cielo, mi verga en su boca, mi mano en su vagina introduciéndole un dedo, tocando sus pechos, mi cuerpo muy sensible a cualquier roce temblaba de placer que era casi doloroso.


-Que verga tan bonita tienes.- Me dijo en un momento que se la saco de su boca.- Tan grande, tan dura, tan suavecita, muy bonita. No sabía que fuese a gustar tanto esta parte de tu cuerpo Miguel, mi amor. Eres hermoso.-


-Yo sabía que eres hermosa, Magdita de mi vida, pero no sabía que me pudieses hacer tan feliz, realmente estás arrasando conmigo amor.-


Ella se rió de mis palabras.


-Déjame también disfrutar de tu vagina.- Le dije acomodando mi boca entre sus piernas y girando para quedar en un 69, coloqué mis manos en sus nalgas, mis labios en los vaginales suyos y aspire con todos mis sentidos el lugar más deseado, su clítoris, su vagina, sus perfumes, todo me llegó como una tempestad, nunca había visto esta parte del cuerpo de una mujer y ahora se la estaba lamiendo y besando a la mujer de mis deseos. Estaba aprendiendo a darle placer en el aprendizaje más recompensado, mi placer. Sus suspiros y gemidos me parecían música que fue creciendo en frecuencia y en intensidad.


Nos decíamos entre suspiros lo que sentíamos, lo que experimentábamos, nos animábamos mutuamente al agradecer nuestras caricias. Por fin entendí lo que significa éxtasis.

-Que rico me haces Miguel, que delicia.- Me dijo- Seguro tienes mucha experiencia con otras mujeres.-


-Eres la primera mujer que veo desnuda, eres la primera que toco en sus partes sexuales, eres la primera que me toca la verga.- Contesté.- Y tú Magda, ¿es la primera vez que te tocan como yo te toco?, ¿es la primera vez que tocas y mamas verga? -Le pregunté reanudando inmediatamente mis besos en su clítoris.


-Así como estamos nunca lo había hecho.- Me respondió.- Nunca había mamado verga ni tampoco me habían besado ahí donde me estas besando, ya me habían tocado antes y yo ya había acariciado penes, pero nunca había sentido lo que siento ahora, es riquísimo, por eso quería jugar a las luchitas contigo, para saber que se sentía, por eso quiero coger contigo, para saber que se siente.


Yo no sabía que pensar de lo que me había contestado, ¿quizá sentía celos? No lo sé, pero yo seguí en lo que estaba haciendo con más ahínco. Su clítoris rosadito, como botón de la más bella de las flores me atraía como la flor a la abeja, sus bellos dorados, suavecitos, acariciaban mi barbilla. Mi dedo dentro de su vagina disfrutaba de la inmensa suavidad de esa piel, investigando que tesoros guardaba. Mi pene aprisionado en su boca lanzaba oleadas de placer a todo mi cuerpo, su mano sujetaba mi miembro, lo apretaba y acariciaba con movimientos casi mágicos, su otra mano acariciaba mis testículos suavemente. Dejé de pensar, dejé que todo sucediera. Solo sentir, solo placer y más placer.


Yo seguía reprimiendo mi orgasmo hasta que sentí y oí que ella volvía a tener otro. Y entonces gozoso me solté, y todo explotó, el mundo desapareció y llegó la felicidad plena. Oleadas de placer llenaron a todo mi cuerpo que se estremecía con cada nueva pulsación que llegaba a mi pene, más y más placer. -Y luego paz.-


Cuando pude de nuevo abrir mis ojos, y la sangre disminuyó su flujo por mi cabeza, el mundo seguía siendo bello, más bello que antes. Magdalena estaba en trance, ojos cerrados, jadeos en su respiración normalizándose, sus senos subían y bajaban con su respiración, su boca y labios llenos de semen, su mano sujetando mi pene que escurría más semen, que pulsaba y seguía palpitando esporádicamente. Parecía una guerrera victoriosa, satisfecha de la victoria conseguida sobre su oponente. Mi dedo en su vagina sentía también sus pulsaciones, sus contracciones. Mi mano en su seno quería agarrar su corazón. La abracé y la besé. Me abrazó y me beso. Palabras no faltaron, le pedí que fuese mi novia, ella me dijo que siempre sería mi novia pero que lo guardáramos en secreto, que no quería que su novio se enterase de nuestros juegos.


Nos vestimos mutuamente sin dejar de besarnos y acariciarnos. Arreglamos la cama y la acompañe a su casa. Nos despedimos con besos y caricias. Se rió mucho al recordar mi pena por mi erección en el juego con mi hermana y de mi sorpresa cuando me agarró por los huevos. Planeamos vernos al día siguiente para volver a jugar y que cuando pudiese, nos íbamos a entregar por primera vez, el uno al otro.

Remedios naturales para la acidez

Hay muchos alimentos que nos pueden ayudar cuando sufrimos de la frecuente acidez estomacal, esta enfermedad ataca a miles de personas en el mundo moderno, siendo una de las dolencias más comunes en el mundo de hoy, apareciendo en general sin distinguir ni clases sociales ni ocupación e incluso tampoco reconoce edad, por lo que podemos ver desde niños hasta ancianos sufriendo de acidez en el mundo.

Pero hay muchos expertos que reconocen que en la naturaleza hay muchos remedios naturales para combatir la acidez estomacal, y siempre dentro de lo que podríamos considerar como la búsqueda de un alivio natural, sin tener que exponer a nuestro organismo a químicos provenientes de los medicamentes de los laboratorios, pero no debe olvidar que antes de intentar cualquier remedio casero es importante consultar con un especialista.

Las mejorías que encontramos con los remedios caseros para mejorar la acidez son muchas, ya que por ejemplo no tienen ningún efecto secundario, mientras que con los medicamentos se puede generar algún tipo de problema colateral, además normalmente es mucho más económico comprar una fruta o una hortaliza que uno de los medicamentos de laboratorio que lucha contra el reflujo ácido.

Muchos medicamentos son de venta libre, por lo que las personas acuden a ellos sin consultar a un médico, pero esto es un gran error ya que aparte lo peligroso que es automedicarse, también podemos presentar una reacción alérgica, por lo que podemos terminar teniendo algún tipo reacción que puede a llegar a ocasionar hasta la propia muerte si no se atiende a tiempo.

Siempre cuando se siente acidez estomacal es importante alejarnos de algunos alimentos como es el caso de los fritos y los grasos los cuales pueden empeorar considerablemente la condición de empeorar el ardor de estómago, y es que casi podríamos decir que en el caso de sufrir una vez la acidez, es mejor mantenernos alejados de este tipo de alimentos para siempre, dejándolos solo como un último recurso.

Otra de las cosas con las cuales tendremos que tener cuidado tiene que ver con el alcohol ya que este aumenta el ácido estomacal por lo cual puede ser el causante de una crisis aguda por lo que si podemos mantenernos alejados de un brindis es mucho mejor.

Pero hay alimentos que nos pueden ayudar a contrarrestar la acidez, como es el caso del té, siempre una buena taza de té ayuda y mucho, por lo que siempre es recomendable tener en nuestro hogar alguno de las miles de clases de té que encontramos en la actualidad, siempre y cuando trate que el sabor que elija no sea ácido sino el efecto será el contrario de lo esperado.

La menta es otro de los alimentos que puede llegar a tener un efecto mitigante con la acidez, y es muy fácil de preparar por ejemplo con el té, y en muchos mercados lo encontramos de la misma manera que encontramos al tradicional té, por lo que es muy fácil de tener a mano y puede tener un efecto maravilloso.

Una vida sexual plena fortalece el vínculo amoroso entre la pareja, y hace más felices a las personas

Por mucho tiempo fue un misterio: estar enamorado o vivir una vida sexual sana eran factores para el bienestar de las personas. Y no solamente eran personas sanas, sino eran gente feliz, individuos alegres. “Una buena vida sexual se traduce en una óptima calidad de vida, que a su vez nos hace felices”, dice la doctora Adriana López, psicoterapeuta sexual y de pareja.

El origen de este estado de felicidad nadie lo sabía. “Se descubrió hasta hace muy pocos años”, explica la doctora López. Y tiene que ver con los estímulos biológicos que aparecen con el amor o la sexualidad activa, afirma.

“La plenitud en la vida sexual estimula la secreción de endorfinas, las llamadas ‘hormonas de la felicidad’, que hacen que nos sintamos tranquilos, satisfechos y felices; esa es la clave detrás de la salud sexual”, explica Adriana López. De acuerdo a investigaciones recientes en ratones y demostrada en humanos, se ha comprobado que el estrés sostenido –un factor que también puede desencadenar disfunción eréctil-, provoca una severa disminución de los niveles de hormonas de la felicidad.

La doctora López puntualiza: “Las endorfinas tienen una vida muy breve y son eliminadas rápidamente por enzimas que de forma natural produce nuestro organismo. Se trata de una sabia medida de nuestro cuerpo para no ocultar señales de peligro”.

No obstante, nuestro cerebro puede recargarse de endorfinas de las más diversas maneras como la risa, el escuchar música, tomar café, el ejercicio y, por supuesto, la vida sexual.

Por eso la aparición del primer tratamiento oral contra la disfunción eréctil en 1998, significó la recuperación de un paraíso perdido para muchas parejas. Cuando la disfunción eréctil hacía acto de presencia, por cualquier tipo de causa, muchos hombres y mujeres daban por terminada su vida sexual y se retiraban a la soledad y el desconsuelo. Sus vidas se veían tan fuertemente afectadas, que todo cambiaba para ellos y no existían motivos ni estímulos para ser felices.

La aparición de la píldora azul fue el cimiento para la reconstrucción de la felicidad de muchas parejas. Pionera en el tratamiento oral de la disfunción eréctil, desde 1998, cuando fue aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos, en siete años de historia ha logrado que el fantasma de la disfunción eréctil se aleje y los varones se hallen tan seguros de sí mismos como si nunca hubieran padecido nada, y sus parejas refuercen sus lazos eróticos y amorosos.

Tener una vida sexual plena, tiene como consecuencia convertirse en una persona feliz. La disfunción eréctil es uno de los obstáculos más importantes para que una pareja encuentre esa plenitud. Superar este padecimiento mediante un tratamiento adecuado proporcionado por un especialista, como el urólogo o el terapeuta sexual, es una prioridad para las parejas.